Abolladura
«¡Cuánta fuerza y qué poca puntería!», dice con una mueca simulando desdén. El chico no contesta y sigue tirando piedras hacia el poste «prohibido bañarse» clavado en la otra orilla del río. «Y no me esperes mañana, ni mañana ni ningún otro día», añade Alicia mientras se levanta y se sacude hierbajos del vestido y de la melena. El chico permanece callado. No la mira marcharse. En la senda de vuelta al pueblo Alicia camina de prisa. De repente, en el silencio acolchado de la tarde de verano, el golpe seco de una piedra contra un poste. Nadie lo ha oído.
(Texto con el que llegué a finalista de REC)
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Dominique -
Dominique -
Javier Ximens -