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dominiquevernay

La pelea

Safe Creative #1107289761871

—Vale, lo que tu digas, suspiró Raúl.

Se quedaron callados. Ese tipo de conversaciones laberínticas era nuevo para él y le dejaban agotado. Aquel ≪vale, lo que tu digas≫ era más una manera de poder descansar y recargar pilas para un segundo asalto, que el despliegue de la bandera blanca.  

Luego, se acercó a la ventana, puso la frente contra el cristal. Hacía frío. En la acera de enfrente, unas niñas jugaban a la comba (cada una con la suya) bajo la mirada burlona de un grupo de niños de su misma edad. Una de las niñas, la más delgadita, una ≪ricitos de oro≫ con diadema rosa, estaba escuchando a uno de los chavales y, para eso, había ralentizado el movimiento de la comba; dibujaba ahora círculos a cámara lenta. De repente, la pequeña soltó los dos extremos de la cuerda a la vez, para hacer un corte de mangas a su interlocutor con la misma cara de inocencia con la que hubiera hecho la señal de la cruz. 

Raúl se quedó unos segundos con los ojos clavados en la cuerda, convertida ahora en serpiente a los pies de la niña. Luego, se giro hacia su compañera tumbada en el sofá, la mirada fija en la pantalla del televisor. Dos mujeres se lanzaban insultos:

—Eres una sinvergüenza y lo que me tengas que decir, dímelo a la cara —chillaba una con los ojos fuera de las órbitas.

—A tí no te debo ninguna explicación, eres una zorra que me quitaste a mi hombre —se desgañitaba la otra, con una mueca de desprecio moldeada en silicona.

Raúl se giró de nuevo hacía la ventana e intentó recordar desde cuándo aquellas discusiones en forma de escalera de caracol habían empezado a hacerse más habituales entre ambos; no lo consiguió.

En la calle, niños y niñas jugaban ahora al escondite.

—Me apetece ir a dar una vuelta, ¿te vienes conmigo? —le propuso él.

  

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