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Aires

Aires

Aires (adaptación del texto del mismo nombre:"Aires" http://dominiquevernay.blogia.com/2012/100801-aires.php) (octubre 2012)

 

 

Y aquellos nuevos Pinochos fueron engullidos por el tiburón

       Privada de contraventanas, cristales y puertas, la Casa Grande se parecía a una enorme criatura marina boqueando, y los viejos del pueblo eran ahora los encargados de custodiarla. Para eso habían cambiado el itinerario de sus paseos, y no perdían la esperanza de que pronto llegaría un príncipe para redorar su blasón.

       Sin embargo, aquel otoño, lo que ellos habían tomado por posibles aires de prosperidad no eran otros que aires pregoneros de un invierno duro por venir. Como todos los días, al pasar delante de la Casa Grande, habían agudizado el oído y, al igual que indios cuando el avance del ferrocarril, interpretado cada vibración del suelo por si algo hubiese pasado sin ellos saberlo.

       Entonces, de entre las muchas grietas de la fachada principal vieron salir virutas de humo. No pudiendo confiar plenamente en sus ojos de octogenarios, se acercaron un poco más a la verja cuando, de entre las malezas, salieron unos cuantos hombrecitos de cara tiznada, unos Pinochos que la criatura marina, molesta por el humo, parecía haber lanzado al aire de un estornudo descomunal. Los niños miraban ahora entre asustados y divertidos al grupo de viejos atónitos que, poco a poco, iban atando cabos, unos cabos que no eran precisamente los de la vela mayor del galeón de la prosperidad.

       Aquellos niños harapientos no podían ser otros que hijos de pobres Gepetos y, aunque las dos ninfas y el Apolo del edén perdido parecían más felices –con los muñones y los cuellos rebanados escondidos bajo las prendas de una colada– eso no era para nada lo que habían estado esperado tanto tiempo. El gran pez había escupido a unos andrajosos, el pueblo también tendría que encontrar la manera de hacerlo. 

 

Esta es mi aportación  en la II Primavera de Microrrelatos Indignados
organizada por :
Miguel Torija La colina naranja
Rosana Alonso Explorando en Lilliput
Ana Vidal  Realtos de andar por casa
Pliegos Volantes

4 comentarios

Javier Ximens -

Esa Casa Grande que representa el "progreso" se vendrá abajo el día que se prenda fuego. Es una pena que solo el fuego purifique, pero se lo están buscando. Lo cierto es que al final son los pobres Gepetos los que salen perdiendo, siempre.

Pablo Vázquez Pérez -

Buenas imágenes y metáforas. Saludos.

Dominique -

De eso se trata Rosa, de eso se trata... bises

Rosa -

Lo que sucede es que seremos tantos que no podrán deshacerse de nosotros.

Besos indignados desde el aire