¿Verdad o mentira?
—¿Quién te ayudó?
—Nadie, lo hice yo solo.
—¡No me digas! —contestó el profe de lengua; lo hizo en una carcajada que encontró eco en la mala baba de varios pelotas.
—Os presentó a un nuevo poeta: el Sr Don Marcos Rodriguez Rodriguez. Sin saber apenas escribir su nombre, sin haber leído un solo libro, sin estar nunca atento en clase, he aquí que el muy embustero quiere que creamos que estos versos son suyos. ¿Por quién nos has tomado?
Marcos no contestó nada. Impasible, mantuvó la mirada fija en la ventana que daba al patio y al tilo que le había inspirado aquellos hermosos versos.
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