Puñetitas
Deja unos puntos suspensivos en el cenicero que está encima del frigorífico, junto a dos aspirinas, un clip, un goma verde de manojo de espárragos, unas cuantas pelusas, un llavero, un botón de repuesto cosido a una etiqueta...
—No los dejes allí —le dice su mujer—, que luego la abuela quiere echar mano de una aspirina, se confunde y se los traga sin querer.
Pero él... ni caso; sabe que con uno solo que se tome no le pasará nada, con dos tampoco, y con tres... ¿quién sabe?
(Escrito para REC)
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