AXIOMA (PATERNO)
Era una niña lista, amable. Cuarenta cinco minutos de clase particular con ella pasaban «molando», así decía. Todo parecía gustarle, incluso esa terrible historia del participio pasado que tiene que concordar con el complemento directo cuando... bla, bla, bla... una regla hecha, en mi opinión, para desanimar cualquier estudiante a escoger francés de segundo idioma.
Aquel día, la propuesta de conversación me había parecido interesante: ¿Si fueras la alcaldesa de tu ciudad qué te gustaría hacer para mejorarla?
Su desconcierto me desconcertó.
—No sé.
—Tal vez una piscina municipal —le sugerí.
—No, yo ya tengo piscina.
Su mirada azul como el agua de aquella piscina solo suya se había clavado en la mía.
—Tú sí, pero no todo el mundo es «riche».
—¿Cómo se dice «pobre» y «ahorrar» en francés? —me preguntó.
—Se dice «pauvre» y «économiser».
—Bien, pues que «les pauvres économisent», lo dice mi padre.
—¿Y crees que les es «possible»?
—Oui, ¿cómo se dice «claro»?
—Bien-sûr.
—Oui, bien-sûr! —repitió, poniendo la boca como quien va a dar un beso para pronunciar a la perfección aquella «u».
Era una niña lista, amable y capaz de enunciar, con una dulce sonrisa de colegiada aplicada, aquel axioma tan terrible como la concordancia del participio pasado y, además, hacerlo en el idioma que fuera.
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