La mujer del cuarto
La del tercero no parece saber cocinar otra cosa que pollo rebozado, piensa Matilde.
Y por eso, la mujer tiende ahora la ropa con mucho cuidado y no "a la trágala" como lo hace su nuera cuando la quiere ayudar.
Las sábanas, en las cuerdas más alejadas de la fachada para que no cojan olor a frito, luego, las faldas, blusas y medias de contención y, por último, las prendas interiores tendidas del revés, con pinzas suaves de las que tienen un poco de goma donde pellizcan. Son más caras pero merece la pena.
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Dominique -
Coque -