Método de concienciación de eficacia comprobada
Por lo que más quieras lávate bien esas manos antes de acostarte.
Hugo se sube al taburete que le han puesto para que pueda llegar al grifo. Se acerca lo más posible al espejo, arruga la nariz dejando al descubierto sus dientes de gazapo, congela la mueca y observa; parece otear a un enemigo. Ahora, coge un cepillo de dientes, el más largo.
¿Pero a qué juegas? le regaña su madre.
Pues a matar a los bichos que tenemos en la boca. Cuando terminamos de comer, empiezan a mordisquear las cositas que quedan entre los dientes y luego, como son tan tragones, quieren más... Entonces, nos comen los dientes.
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rous -