Off
Esta mañana, como cada mañana, me he desperezado con media hora de lectura –Hablemos de langostas de David Foster Wallace– luego me he levantado con idea de escribir un rato. Me he quedado varios minutos frente al ordenador sin poder mover una sola neurona. Tal vez sea ese uno de los efectos que pueden producir los trabajos del increíble Wallace, te las bloquea.
–Has probado a apagarte –me ha sugerido mi ordenador.
He seguido su consejo –que de eso sabe mucho– y por eso me encuentro ahora escuchando una tertulia televisiva, mejor dicho viéndola o las dos cosas a la vez o ninguna, y si quiere Dios que no haya pillado ningún troyano –que en este caso no me queda más remedio que invocar al cielo– en unos minutos me encenderé de nuevo y a ver lo que pasa.
2 comentarios
Miguel -
Muy buena reflexión relatizada.
Berta -