Mi manifiesto
Llevo unos cuantos días sin escribir nada y al despertarme me dije que ya estaba bien, que tenía que decir algo grande para que el mundo no se olvidase de mí. ¿Grande de gracioso? No, no estaba de humor. ¿Grande de irreverente?, ¿de macabro?, ¿de obsceno?... no, todo esto era muy facilón y muy visto.
¡Ya lo tengo!, me dije despues de ojear el periódico, voy a escribir un manifiesto de esos que despiertan conciencias y llaman a la lucha.
Estaba en ello cuando recordé que era martes, que tenía pádle a las once y comida en un japonés a las dos con Vane y Leti. ¡Vaya por Dios!, luego lo escribo.
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