Blogia
dominiquevernay

El regreso

—¿Qué tal lo pasaste? —preguntaron nada más abrirme la puerta. Luego, poniéndose de puntillas para verme mejor, aseguraron que me encontraban muy cambiada.
Yo, aún de pie en el felpudo, levanté la vista hacia la plaquita de latón en la que venía el número y la letra del piso, así como los nombres y apellidos de aquellos dos seres diminutos que me llamaban hija.

 

0 comentarios