El perfeccionista Retrogusto (dos relatos para una misma frase inicial)
El perfeccionista
El muñeco fue el primero en cerrar los ojos; parecía estar durmiendo una plácida siesta en medio de aquel horror. El fotógrafo disparaba sobre todo lo que atrapaba en su visor, pero al verlo, soltó la cámara que se le quedó colgando del cuello mientras lo recogía. Después de arrancarle una pierna y de retorcerle la otra, le sacó un ojo, le embadurnó la cara con ceniza y le desgarró la ropa. Luego, volvió a colocar el muñeco entre escombros y cuerpos humeantes; todo estaba listo para la foto. (Escrito para REC)
Retrogusto
El muñeco fue el primero en cerrar los ojos; ella tardaba siempre un poco más en dormirse. De nuevo tendida en su lado de la cama, cogió un cigarrillo de la mesita de noche y, antes de encenderlo, se pasó la lengua por los labios; una pasada, ni una más. El sabor amargo del látex podía enseguida con el dulce de la fresa. (Escrito para REC)
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