Puto tanga
Subir de nuevo a la habitación, cinco segundos; volver a dar un beso de esquimal a los niños al pasar delante de su dormitorio, otros cinco; una vez en el mío, desnudarme de cintura para abajo (botas y vaquero muy "slim" ambos), tres minutos; buscar a tientas (a estas horas «gloriosas» de la mañana más vale que él no me vea así) unas bragas más cómodas, dos minutos; total: unos cinco minutos que multiplico por dos... No, no puede ser, pillaría el atasco y llegaría tarde a la oficina, tendré que aguantarme. ¡Dios!, ¿por qué le haría caso?
—Anda, cómprate uno, es tan sexy.
(Escrito para REC, y gracias a wikiHow por la ilustración)
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