Primavera negra
Mi calle tiene muchas esquinas y, de vez en cuando, del asfalto de una de ellas brota un hierbajo. Entonces, siempre llega un loco o una loca que grita, ¡aleluya, es una flor!, y que corre a por un poco de agua; pero de poco sirve, porque enseguida otro tipo —o tipeja—, bien vestido y con aspecto de cuerdo, se suele asomar a la esquina para pisotearla, mientras asegura que lo que hay ahí no es ninguna flor, que no es más que un puto hierbajo que huele a mierda.
(Escrito para Relatos en Serie, inspirándome en The Wire)
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