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dominiquevernay

Demasiado

Paseaba por la playa con mi marido cuando nos cruzamos con el quad de los vigilantes. Cada año hay más chicas entre los escogidos para velar por nuestra seguridad mientras nos bañamos, y preciso que esta constatación no quiere ser otra cosa que una simple constatación, como lo fue la de mi marido una vez pasado el quad.

-Cuando lo conducen las chicas no arman tanto ruido ni humo como cuando lo hacen ellos.

Los que no conocéis bien las playas asturianas no podéis haceros una idea de lo que es disfrutar de un día de sol sin viento, sin nubes al acecho y con el agua a diecinueve grados; es una delicia y uno sabe que no puede permitir que nada ni nadie se lo estropee. Por eso, cuando, a la observación de mi marido -y porque me sentía bien, de buen humor y que tenía ganas de reír-, quise responder "sí, tienes razón, será para no despeinarse" , y que no me atreví a pronunciar la frase, aunque estuviéramos los dos solos, aunque no fuese más que una broma, me cabreé y, de repente, sentí la arena demasiado caliente y el agua aún demasiado fría para mí.

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