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dominiquevernay

Le taxi très pressé

Le taxi très pressé

Si me dicen «viernes», contesto «bic naranja», al igual que contesto «Victor» si me dicen «taxi amarillo». El chófer de mi historia se llamaba/se llama Víctor (porque espero que Víctor siga trabajando en su taxi que iba/va siempre con mucha prisa a todas partes). Recuerdo con qué atención miraba cada detalle de las ilustraciones del cuento. Me gustaba que el volante del coche fuese azul, me sorprendía que la gorra de plato de Víctor fuera tan pequeña y que no se le cayese en las curvas, al igual que el lápiz que llevaba en la oreja. Recuerdo también que envidiaba al niño del cuento. Sí, es cierto, lo envidiaba, acaso por poder subirse a un taxi con su madre, solo su madre y él. Debí de leer aquel cuento más de mil veces, mejor dicho, repasar sus colores y contornos con la avidez de un explorador de nuevos mundos; quizás no fueron mil, pero a mí me lo parece. (Escrito para el Bic naranja, Viernes Creativos)

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