Canción muda de cuna
–Lleva horas durmiendo en su cunita como un ángel, pero Candela está insoportable.
Candela ha oído la última frase de su madre a la abuela. La pequeña deja de corretear como si se hubiese topado con una verja electrificada. Ahora, se dirige hacia la habitación del ángel, acerca el escabel azul que hay junto a la cuna y se asoma. Con mucho cuidado roza la mano de su hermanito, luego su moflete, luego decide llegar un poco más arriba, justo ahí donde no se puede tocar nunca jamás; un hueco mullido y suave como una badana que tamborilea una canción que la niña desconoce.
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