El paseo (estampa asturiana)
—Deberías airearte une poco —le dice su hija. Al viejo no le gusta que le traten como a una manta apolillada, pero no contesta nada. Afuera, el sol otoñal no ha podido aún con la niebla del pico Urriellu, sin embargo el hombre puede sentir su calor en los hombros, mientras se calza las madreñas.
—Y ten cuidado con los coches —le dice ahora su hija. El viejo ni levanta la cabeza hacia la galería acristalada desde donde le llega la voz. Tampoco le gusta que le traten como a un niño. Empieza a caminar por el estrecho arcén. Hoy, tal vez, llegue hasta la primera curva.(Escrito para REC)
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