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dominiquevernay

Enredo

Enredo

Enredo

Hoy parece que ella tiene la voz todavía más dulce que ayer, suave y sinuosa como un tallo de enredadera.

—¡Ya verás, será estupendo! —me dice.

Enredaderas o rastreras, todas buscan el sol sin necesidad de sostenerse por sí solas.

De repente, la voz que se corta, agria, para preguntarme si no estoy de acuerdo, para reproches.

Las llamadas volubles tienen el tallo robusto y vigoroso.

—Si me quisieras un poco... —me dice ahora.

Algunas pueden tener excrecencias en gancho para agarrarse mejor a su sustento.

—Yo que por ti sería capaz de hacer lo que fuera —musita la voz.

—Anda no llores más, haremos lo que tú digas —le prometo.

 (Escrito para REC)

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