La niña que se creía mayor
Eso del amor no tenía ninguna lógica, al contrario que el aterrizaje de aquella mosca en el tarro de mermelada dejado abierto por su hija.
La niña que se creía mayor se había levantado de la mesa sin terminar de desayunar.
—Tengo quince años y lo lógico es que dejes de agobiarme —le había espetado.
Ahora, la oía abrir cajones, cerrar puertas y maldecir al mundo entero. Mientras tanto, la mosca había salido del tarro y se frotaba las patas, minuciosamente; de un manotazo podía aplastarla. El hombre suspiró, cerró el tarro y se levantó para abrir la ventana. (Escrito para REC)
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