A patchwork
Hoy vino mi tía Marta a comer a casa y me trajo un libro que cuenta la vida de una niña muy especial que se llama Matilda. Mi tía dijo que yo también era una niña especial, pero a mi madre no le gustó y le recordó que lo mejor era ser normal.
—Y si no, mira lo que nos pasó —murmuró.
Tía Marta iba a contestarle algo, pero al verme a su lado hizo como los peces cuando abren la boca y que parece que van a hablar y luego no dicen nada; después dijo que tenía prisa y se fue.
Hace un rato mamá vino a arroparme. Antes de retirar la colcha de la cama —esa tan bonita que tía Marta y ella confeccionaron en un verano hace mucho tiempo— pasó su mano por la tela como si quisiera acariciar al gatito, recolocar los libros de las estanterías y enderezar el cuadro.
—¿Qué pasa, mamá, si una es especial? —le pregunté.
Pero ella no contestó y se puso igual de triste que tía Marta al marcharse.
(Escrito para los Viernes Creativos de Fernando Vicente, ilustración de Puuung)
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