Blogia
dominiquevernay

El deseo

El deseo

Cerró los ojos y sopló las velas. Luego contó hasta tres antes de volver a abrirlos, aunque el silencio reinante ya era un claro indicio de que había funcionado. Después de mirar sus regalos, retiró los diez platos sobrantes que guardó en el aparador sin necesidad de más, quitó las velas y se sirvió un trozo de pastel, el mejor, el de la guinda que nunca le había tocado, y se sentó para saborearlo.  

0 comentarios